Otoño es tiempo de presupuestar

Otoño es tiempo de lluvias y de la caída de la hoja. Es tiempo de castañas, calabazas y setas. Es tiempo de vendimia. Y es tiempo de presupuestar. ¿Has empezado ya a presupuestar?
Acabamos de cerrar octubre. A algunos aún le queda aún la campaña de Navidad, pero la mayoría, a estas alturas del año, ya tenemos “todo el pescado vendido”. Estamos ya “en los minutos de la basura”. Y hay que empezar a planificar el próximo ejercicio.
· ¿Por qué presupuestar?
Es frecuente hacer el símil entre dirigir una empresa y conducir un coche. De hecho, dicen que el término “management”, que aquí hemos importado de EEUU, viene de la palabra latina “maneggiare” –manejar-, que en Hispanoamérica se usa por “conducir”. Así, si dirigir es conducir, un presupuesto es el plan de ruta. ¿Harías un viaje sin saber a dónde vas? Yo no digo que quizás por placer no apetezca de vez en cuando, pero aquí estamos hablando de dinero.
Hace años gestionar un negocio era mucho más fácil que ahora. Con una economía creciendo a cifras del 7% y el 8%, las empresas funcionaban solas. ¿Quién no ha hecho un presupuesto multiplicando las cuentas de resultado del año anterior x 1,05 o x 1,10? Era como ir en una balsa por un canal. Si no te movías mucho, no te hundías. Pero ahora las cosas son diferentes. Ahora estamos en medio de un estanque, en calma chicha, pero con las aguas reduciéndose bajo nuestra balsa. En esta situación, hemos de poner rumbo a un puerto e ir a él. Hemos de "dirigir" nuestra balsa a un objetivo. Hemos de planificar el viaje. Hemos de presupuestar.
 · ¿Por qué no se presupuesta?

A continuación, los argumentos que más frecuentemente he oído para no presupuestar. ¿en qué grupo estás tú?

· "Es que no sé lo que va a pasar" Claro, pues precisamente por eso. Hacer un presupuesto supone plantear un objetivo y su consecución. Su rumbo. Para ello, es lógico que se prevean razonablemente las circunstancias que puedan ocurrir, y también es razonable pensar que puedan ocurrir circunstancias no previstas. Pero fijado el objetivo y sabiendo dónde estás en cualquier momento, se trata de corregir el rumbo hacia el objetivo establecido. Si no, estas a merced de las circunstancias. Y, recuerda, ya no estás en un canal.

· "¿Para qué? Si luego el presupuesto no se cumple nunca". En realidad, raro si se cumplen. Una vez me dijeron que los presupuestos está hechos para no cumplirse. Y casi mejor. Que no sean una limitación. Desde la fijación de objetivos y la planificación de medios a lo que ocurra después a lo largo de un ejercicio pueden pasar muchas cosas. Algunas negativas, que hay que evitar o corregir, pero otras positivas, que habrá que aprovechar. Ahora salgamos a mar abierto: si quiero ir de Barcelona a Valencia y preveo hacer escala en Castellón pero encuentro vientos y corrientes a favor, a lo mejor puedo llegar hasta Valencia sin escalas. Y, si me desvían de mi ruta y me encuentro a mitad de camino entre Castellón y Mallorca ¿Dónde voy? Quizás mejor a Mallorca.

· "En mi sector no se pueden hacer presupuestos". Sí. Se puede. En todos los sectores se puede. Creo que el sector que debe ser más difícil para presupuestar debe ser el de seguros, en el que las compañías tienen que estimar el coste de sucesos probables. Y yo lo he hecho, así que se puede.

· "No tengo información para hacer el presupuesto". Mala señal. Si no tienes datos que te sirvan para hacer el presupuesto, ¿tienes datos para gestionar la empresa? ¿Cómo sabes si vas bien o vas mal? Hay empresarios que miran el resultado de la empresa como si fuera un décimo de lotería. A lo mejor sí que los tienes pero no lo sabes. A malas, la misma cuenta de resultados. Claro, que hay que trabajarla un poquito para que tenga un formato adecuado al presupuesto y usar otras variables no contables, pero puede ser un punto de partida. Menos es nada.

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